¿El estrés puede causar que las enzimas hepáticas sean altas?

¿El estrés puede causar que las enzimas hepáticas sean altas?

El cortisol es considerado por la comunidad científica como la hormona del estrés, nuestro cuerpo lo produce en situaciones de estrés para ayudarnos a enfrentarlo. La liberación de esta hormona es controlada por el hipotálamo, en respuesta al estrés. No se ha encontrado la correlación entre el estrés y la elevación de las enzimas hepáticas, ya que existen ciertas condiciones para que esto ocurra.

El estrés es un proceso que se origina cuando las demandas ambientales exceden la capacidad de adaptación de un ser humano. Esto puede llevar a cambios biológicos y psicológicos, que a su vez pueden causar enfermedades.

En esta definición, destacan tres elementos fundamentales:

  • Las exigencias de las situaciones ambientales, que serían los estresores.
  • La persona que se ve afectada por tales situaciones y que las considera perjudiciales o desafiantes, y, por lo tanto, eso le supera.
  • Las respuestas del individuo al estrés, tanto emocional como biológico.

Las causas que inducen el estrés no siempre son negativas, es decir, derivadas de situaciones de peligro, dolorosas o dañinas. También hay situaciones en las que solemos vivir, incluso situaciones que forman parte de la rutina, que pueden causar estrés sin ser necesariamente peligrosas. Ejemplos de esto son los embotellamientos diarios que sufrimos, la música a todo volumen o los gritos de los fines de semana en nuestra casa.

Así, dependiendo de las situaciones ambientales que surjan, el individuo tendrá que enfrentarlas y dependiendo de los mecanismos establecidos, se adaptará o no.

La adaptación al estrés es la respuesta del cuerpo, tanto fisiológica como emocional, para tratar de mitigar los efectos del estrés e implica cambios en el individuo.

En los procesos de adaptación al estrés, hablamos del síndrome de adaptación general, que abarca tres fases:

Fase de alarma: fase de advertencia general, en la que los cambios parecen contrarrestar las demandas generadas por el factor estresante (aumento de la frecuencia cardíaca, variaciones de temperatura, cambios en la tensión, etc.).

Fase de adaptación: los síntomas desaparecen, ya que el organismo se está adaptando a los efectos del factor estresante a través de una serie de mecanismos de reacción que le permiten afrontarlo.

Fase de agotamiento: las defensas disminuyen porque el agente estresante, si bien permanece en el tiempo, ha superado los mecanismos de reacción del organismo, dando lugar a síntomas similares a los de la fase de alarma.

Las respuestas del individuo al estrés

Las diferentes respuestas que el individuo puede tener para enfatizar se pueden agrupar en dos campos: psicológico y biológico.

Las respuestas psicológicas al estrés incluyen tres factores: emocional, cognitivo y conductual, que no aparecen en el individuo de forma aislada, sino que están interrelacionados, todos son parte del individuo y el entorno que lo rodea y pueden alterar su salud.

En el aspecto emocional, destaca la pérdida de energía física o psíquica, pero también el mal humor, la apatía, el pesimismo, el miedo a sufrir enfermedades, la pérdida de la autoestima, la volubilidad emocional: se transforma fácilmente de alegría en tristeza, inestabilidad, inquietud y tensión.

Respecto al aspecto cognitivo, se encuentran la incapacidad de tomar decisiones, el bloqueo mental, la vulnerabilidad a la crítica, la confusión, se distrae fácilmente y se distrae, fumando y bebiendo más de lo habitual, la risa nerviosa, arrancar el cabello con nerviosismo / morderse las uñas, el abuso de drogas (tranquilizantes), exagerado Actividad física y trastornos de la alimentación.

En las respuestas biológicas, los mecanismos fisiológicos del organismo se ponen en movimiento, y tratan de sincronizarse entre sí para defenderse contra la agresión. El sistema nervioso central y periférico y el sistema endocrino intervienen, lo que aumenta la secreción de hormonas, como la adrenalina y la noradrenalina o el cortisol.

Por otro lado, existen sistemas que pueden verse afectados en situaciones de estrés, reduciendo su actividad, como es el caso del sistema inmunológico.

Otros factores que pueden influir en la respuesta biológica del individuo al estrés son la edad, el sexo, la raza, etc. Por lo tanto, en presencia del mismo factor estresante, las respuestas fisiológicas variarán según las características de cada individuo.

Las hormonas del estrés son perjudiciales para el cerebro, porque los niveles altos de cortisol pueden causar daño al hipocampo, que desempeña un papel decisivo en la memoria, especialmente el que afecta la memoria de actividades recientes. Sin embargo, en condiciones apropiadas (situaciones de emergencia), los cambios provocados por el estrés son convenientes, ya que nos preparan adecuadamente para responder oportunamente y poner nuestras vidas a salvo.

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