Los tumores orbitarios representan un tema de vital importancia para el clínico en oftalmología, ya que su diagnóstico oportuno afecta el pronóstico del paciente. Estos tumores pueden aparecer a cualquier edad, pero afortunadamente son muy raros, por lo que tienen una incidencia realmente baja en la población.
Un tumor orbital se refiere a cualquier tumor localizado en la órbita; esta es la cavidad ósea que contiene el globo ocular y sus estructuras asociadas (músculos, vasos, nervios).
¿Cuál es la causa principal del tumor orbital?
Los investigadores sugieren que las causas más frecuentes de tumores orbitarios son neoplásicas, que se explicaron aquí en detalle. En un segundo lugar tenemos las causas inflamatorias (encontrando que el pseudotumor inflamatorio es el más común) mientras que las causas vasculares (el linfangioma destaca sobre los otros tipos) ocupan el último lugar en frecuencia.
El contenido de la órbita está organizado en tal una forma que no permite el alojamiento de lesiones ocupacionales, para las cuales producen diversos signos y síntomas. La proptosis es la manifestación clínica más importante de la enfermedad orbital. Otras manifestaciones clínicas representativas son alteraciones en los movimientos oculares, que pueden provocar plejias y diplopía . Otros síntomas son variaciones en la agudeza visual, inyección conjuntival, quemosis, dolor y cambios pupilares, entre otros.
Después de la evaluación clínica, es fundamental realizar estudios de imagen para evaluar la lesión y su extensión a fin de planificar la biopsia. Es relevante tomar una cantidad adecuada de tejido para el análisis anatomopatológico e inmunohistoquímico.
Esto dará el diagnóstico de certeza. La tomografía computarizada de la órbita muestra una lesión irregular o circunscrita que moldea las estructuras que la rodean sin erosionar el hueso.
Los expertos recomiendan que para manejar los tumores orbitarios de forma adecuada debemos tener en cuenta la naturaleza de la lesión. Estos tumores han tenido una respuesta adecuada a la radioterapia o la quimioterapia, aunque en la mayoría de los casos se requiere cirugía.
Estos tumores se pueden organizar según su procedencia en lesiones primarias que se originan en la órbita misma, lesiones secundarias que se expanden al órbita de estructuras cercanas y finalmente, en tumores metastásicos (cuando ocurre metástasis, las células cancerosas se separan del tumor primario, viajan a través de la sangre o del sistema linfático y constituyen un nuevo tumor en otros tejidos corporales).
Una gran variedad de tumores tienen su origen en la órbita. Las estructuras vasculares, linfoides, nerviosas y mesenquimales se encuentran normalmente dentro de ella, pudiendo originar tumores primarios. En un estudio científico, los cinco tumores primarios encontrados fueron hemangioma, linfoma no Hodgkin, tumores inflamatorios, meningioma y glioma del nervio óptico.
La proximidad anatómica de la órbita con otras estructuras relevantes, como los senos paranasales, el cráneo, la conjuntiva, el saco y la glándula lagrimal, los párpados y el globo ocular hacen que la invasión secundaria sea una causa común de tumores orbitales. Los tumores secundarios más comunes son mucoceles, carcinoma de células escamosas, meningioma, malformaciones vasculares y carcinoma de células basales, entre otros.
La enfermedad metastásica, en particular el adenocarcinoma de pulmón y mama, puede causar lesiones orbitarias. Además de las lesiones metastásicas, algunas enfermedades inflamatorias y vasculitis sistémica pueden producir masas dentro de la órbita.
Es importante mencionar que un número considerable de tumores orbitarios afectan al grupo pediátrico, que generalmente son benignos. Dependiendo del estudio analizado, entre el 10% y el 30% de los tumores orbitarios en la infancia son malignos. Sin embargo, entre las lesiones benignas más comunes se encuentran quistes dermoides, tumores vasculares (hemangioma capilar y linfangioma), glioma del nervio óptico y tumores inflamatorios.
Los tumores malignos más frecuentes son el rabdomiosarcoma, el neuroblastoma metastásico (los estudios informan que en particular son el tumor metastásico más común que se expande a la órbita), infiltración por leucemia, sarcoma de Ewing y extensiones extraoculares de retinoblastoma, todas las cuales son causas de tumores malignos en este grupo de edad.
Por otro lado, en los adultos, la mayoría Los tumores primarios comunes que metastatizan al hueso son: mama, pulmón, próstata, melanoma, tracto gastrointestinal y riñón.
Los cánceres de mama y de pulmón se han convertido en la mayoría de los sitios principales de cáncer. En las mujeres, las metástasis del cáncer que aparecen en y alrededor del ojo generalmente provienen de un cáncer de mama mientras que en los hombres de cáncer de pulmón.

Soy un Neuroanestesiólogo y Especialista en el Tratamiento del Dolor. Me otorgaron el Premio Nacional de Medicina 2018. Soy CEO y fundador de la Unidad Internacional del Dolor de Madrid y editor de Journal Pain Management and Therapy. También es asesor y crítico del AIUM (Instituto Estadounidense de Ultrasonidos en Medicina) y miembro del Comité Organizador de las World Pain Conferences.
Tengo más de diez años de experiencia con terapias regenerativas que incluyen células madre mesenquimales, plasma rico en plaquetas, factores de crecimiento, transferencias de grasa y ácido hialurónico. Inicié Dolor-drdelgadocidranes.com para difundir el conocimiento y la conciencia.