Riñón

¿Cuáles son los signos de tener cálculos renales?

La litiasis renal es la presencia de cálculos renales en algún lugar del tracto urinario. Estos son pequeños cálculos formados por diferentes sustancias, tales como oxalato de calcio, ácido úrico, estruvita, cistina y fosfato de calcio. El 80% de las piedras están compuestas de calcio.

Los cálculos renales pueden formarse y no causar ningún signo (litiasis asintomática) o manifestarse por diferentes formas, siendo las más frecuentes y típicas: el cólico renal.

¿Cuáles son los signos de tener cálculos renales?

Una persona puede descubrir que uno tiene cálculos renales de diferentes maneras:

  1. Porque uno tiene un cólico renal: esta es la presentación más frecuente de la litiasis renal. El cólico es un dolor de inicio agudo, intenso, que comienza en la parte inferior de la espalda (área lumbar) y se irradia a los genitales. Se produce porque la piedra obstruye el tracto urinario y lo estira. El dolor puede ir acompañado de ansiedad e inquietud y es común que la persona no encuentre un modo o una posición para calmarlo. A veces, también hay náuseas, vómitos, sudoración, fiebre, dolor al orinar, sangre en la orina o deseo de ir con frecuencia al baño, aunque se elimina un poco de orina. Todos estos son signos de irritación del tracto urinario.
  2. Debido a que el paciente orina con sangre: el cálculo renal cuando se mueve dentro del tracto urinario daña la mucosa (la pared) y puede hacer que la persona orine con sangre (un término conocido como hematuria).
  3. Debido a que el paciente sufre infecciones urinarias frecuentes o que no termina de curarse: la presencia de cálculos renales puede aumentar el riesgo de tener infecciones urinarias y, a su vez, ciertas infecciones urinarias predisponen a la formación de un tipo particular de cálculos.
  4. Por un hallazgo de ultrasonido: hoy en día, es muy común que un médico solicite una ecografía abdominal, por ejemplo, porque el paciente tiene una molestia en el área del hígado, y el ecografista informa que detecta uno o varios cálculos renales.
  5. Para entender cómo se forman los cálculos renales, es necesario repasar un poco la química: cuando pones una cucharadita de azúcar (soluto) en un vaso lleno de agua (solvente), el azúcar se diluye, se mezcla con agua y forma un Líquido dulce (solución). Sin embargo, si seguimos poniendo azúcar en el vaso, llegamos a un punto donde el azúcar ya no se disuelve y cae al fondo del vaso, un proceso conocido como precipitación o formación de cristales. En este caso, se dice que la solución está sobresaturada.

Normalmente, la orina, a diferencia del agua, puede mantener una gran cantidad de sustancias en solución. Esto significa que si ponemos la misma cantidad de estas sustancias en el agua, éstas precipitarán y formarán cristales infaliblemente. Sin embargo, aunque la orina contiene elementos que evitan la precipitación y la cristalización de los solutos, en algunas personas estas sustancias también terminan precipitando y formando cálculos renales.

Existen diferentes hipótesis para explicar cómo se forman los cálculos renales. Se piensa que esto puede suceder al orinar:

  1. Tiene demasiados solutos.
  2. Es muy ácido o muy alcalino (ya que ambas situaciones favorecen la precipitación).
  3. Carece de sustancias suficientes que eviten la precipitación de solutos (estas sustancias se denominan inhibidores).
  4. Tiene diferentes sustancias que se unen y precipitan más fácilmente. También se cree que se pueden formar cálculos renales, ya que existen alteraciones en las características del tracto urinario o dificultades en la circulación normal de la orina. Es muy probable que la formación de piedras no resulte de la presencia de solo una de estas situaciones, sino de la participación en mayor o menor medida de varias de ellas.

Conclusión

Como se mencionó anteriormente, los cálculos renales pueden provocar una condición clínica conocida como cólico renal, que es muy doloroso; El paciente también puede experimentar infecciones urinarias recurrentes u orinar con sangre. Sin embargo, en una minoría de casos, los cálculos renales no causan ningún síntoma y pueden evidenciarse en una ecografía.

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