¿Son los lipomas genéticos?

Los tumores benignos de tejido adiposo se clasifican como lipoblastomas, constituidos por células grasas inmaduras; hibernomas, que consisten en células grasas marrones maduras y lipomas, formados por células grasas blancas maduras.

Los lipomas son los tumores de tejido graso más frecuentes y probablemente también la neoplasia de tejidos blandos más frecuente. Se pueden observar en cualquier grupo de edad, aunque son más comunes en adultos jóvenes. Ocurren con más frecuencia en las mujeres debido a la mayor proporción de tejido adiposo del cuerpo que presentan. Estos tipos de tumores benignos se diagnostican con más frecuencia en la quinta y sexta décadas de la vida y son poco frecuentes en la infancia.

¿Son los lipomas genéticos?

Su etiología es desconocida. Se han propuesto varias teorías sin ninguna aceptación total: esporádica, genética, endocrina / metabólica y traumática. Recientemente, se han estudiado ciertas mutaciones genéticas en estos tumores, especialmente a nivel de 12q13-15 y 6p13q.

La causa de los lipomas es desconocida. Los lipomas suelen ser hereditarios; por lo tanto, puede haber factores genéticos involucrados en su formación.

Por lo general, son tumores solitarios, pero existen 3 tipos de síndromes de lipomatosis múltiple: enfermedad de Dercum (también conocida como adiposis dolorosa), lipomatosis familiar múltiple y lipomatosis benigna simétrica (también llamada enfermedad de Madelung o Buschke).

Los lipomas se pueden ubicar en cualquier parte del cuerpo. Por lo general, se ubican en el plano subcutáneo y son asintomáticos (lo que significa que no generan ningún síntoma); rara vez se ubican en planos profundos: intramuscular, intermuscular, perióstico o intraóseo, pudiendo producir compresión de los nervios adyacentes.

El aspecto clínico varía según la localización. En general, manifiestan neoformaciones móviles de la piel bien delimitadas, con una consistencia suave (gomosa) y elástica. Su crecimiento es lento hasta que alcanza un tamaño estable (en promedio, de dos a 10 centímetros) y, en general, no producen sintomatología. Algunos crecen considerablemente y están asociados con una gran variedad de síntomas que pueden afectar las actividades diarias del paciente.

Su topografía habitual es el tronco y la parte proximal de las extremidades superiores. La localización en las manos es rara: representa solo el 5% de los tumores benignos.

A nivel de la mano, la ubicación más común es en las regiones antebraquial, tenar e hipotenar. Los que involucran falanges (dedos) son muy raros, con una incidencia aproximada del 1%. La localización en esta área causa una disminución en la función y movilidad de la mano y / o muñeca, caracterizada por una imagen de “dedo en el gatillo”, alteraciones en la función de flexión y pinza.

Los pacientes también pueden manifestar síntomas neurológicos por compresión en los nervios periféricos de la mano (alteraciones en la sensibilidad, dolor, síndrome del túnel carpiano, etc.).

Respecto al diagnóstico de esta patología, la historia clínica y el examen físico son suficientes en la mayoría de los casos. En lipomas profundos es necesario el soporte de pruebas de imagen; La radiografía simple revela una masa radiolúcida, el ultrasonido ayuda a detectar e identificar lesiones que ocupan espacio y diferencia una masa sólida de un quístico y la IRM (imagen de resonancia magnética), además de la orientación diagnóstica, localiza exactamente el tumor e indica su relación con Las estructuras, como los nervios, también ayudan a los médicos con la planificación quirúrgica.

El estudio histológico muestra que estas lesiones están constituidas por tejido adiposo que se asemeja a lo normal.

Cuando se elimina por completo, se puede observar una cápsula que rodea el agregado de adipocitos. Un grupo de lipomas son los llamados hibernomas, constituidos por lipoblastos. Dependiendo del componente asociado, podemos hablar de angiolipoma, fibrolipoma, angiofibrolipoma o lipoma polimórfico. Los diagnósticos diferenciales incluyen hibernomas, lipoblastomas, angiolipomas y neurofibromas.

El tratamiento de elección es la resección quirúrgica. Las indicaciones para realizar este procedimiento son la presencia de dolor y la compresión de las estructuras neurocutáneas, que ocurren con mayor frecuencia cuando se ubican en espacios estrechos como la mano. El resultado después de la cirugía es generalmente bueno; sin embargo, debido a que se debe realizar una disección extensa, con la movilización del haz neurovascular, puede ocurrir pérdida de función o sensibilidad.

Conclusión

Un lipoma no es cáncer y suele ser inofensivo. En raras ocasiones, un lipoma se convierte en una condición grave. Sin embargo, si observa un bulto o hinchazón en cualquier parte del cuerpo, hágalo revisar por un médico.

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