El linfoma no Hodgkin es altamente curable. La tasa de supervivencia de los pacientes calculada a los 5 años es aproximadamente del 70%. El diagnóstico temprano con los procedimientos de diagnóstico altamente avanzados aumenta las posibilidades de supervivencia. La investigación continua en el desarrollo de medicamentos también aumenta la confianza en los oncólogos; Aumenta la tasa de curación y reduce la recaída.
La tasa de supervivencia del linfoma no Hodgkin depende de las etapas y subestadios en que se diagnostica la enfermedad. Además, también depende del tipo de tecnología de diagnóstico utilizada para el diagnóstico. La tecnología altamente sofisticada identifica el cáncer al analizar la presencia de un tumor en todos y cada uno de los órganos para que el oncólogo pueda desarrollar una estrategia para el tratamiento. La tasa de supervivencia también depende de la edad del paciente y del tipo de órgano afectado, es decir, si la médula ósea o los pulmones o el líquido cefalorraquídeo o el bazo. El Índice de pronóstico internacional define cinco factores que determinan el pronóstico del linfoma. Estos factores incluyen la edad del paciente, la etapa de la enfermedad, la extensión de un órgano nodal extra, el estado de rendimiento del paciente y el nivel de suero de la lactato deshidrogenasa. Hay un mal pronóstico de linfoma no Hodgkin y una tasa de supervivencia baja cuando el paciente tiene más de 60 años, la etapa diagnosticada es III o IV y el cáncer se disemina a otros órganos extranodales. La tasa general de supervivencia a los 5 años de los pacientes con linfoma no Hodgkin es del 70-72%. Depende en gran medida de la respuesta del tratamiento y la recaída del cáncer.
Diagnóstico de linfoma no Hodgkin
El diagnóstico de linfoma es el factor más importante que decide el destino del paciente y el pronóstico de la enfermedad. Se utilizan varios métodos para diagnosticar la afección y el oncólogo generalmente utiliza una combinación de varios métodos para determinar el tipo, la etapa y la extensión del linfoma. El linfoma se puede diagnosticar mediante diversas técnicas, como exámenes físicos, análisis de sangre, biopsias y técnicas de diagnóstico por imágenes.
Examen físico: la voluntad del paciente, para consultar con el médico, con respecto a los síntomas más leves, es la clave para la identificación temprana del linfoma. Los médicos, luego de examinar a los pacientes con síntomas como agrandamiento de los ganglios linfáticos, pérdida de peso, fiebre y sudores nocturnos. Después de estar convencido de que estos pueden ser los síntomas del cáncer y no se ha encontrado ninguna otra razón, el médico refiere al paciente al oncólogo para un diagnóstico adicional.
Análisis de sangre: los análisis de sangre proporcionan una pista importante con respecto a la presencia de linfoma. En algunos casos, los análisis de sangre proporcionan los resultados preliminares, mientras que en otros casos los análisis de sangre tienen resultados confirmatorios. El recuento celular completo y la citometría de flujo proporcionan los resultados preliminares, mientras que la citología y la cariología de las células confirman la presencia de linfoma sobre la base de anomalías estructurales en las células.
Biopsia: se dice que la biopsia es uno de los procesos más importantes para diagnosticar cualquier tipo de cáncer. El tejido se toma del ganglio linfático afectado o del órgano linfático u órgano extranodal y se evalúa bajo el microscopio. Hay varios tipos de biopsias. Si se extrae la totalidad del tumor, entonces se conoce como biopsia incisional, mientras que la extirpación de una parte del tumor se denomina biopsia por escisión. La biopsia también se puede hacer con aguja. La aguja se inserta en el órgano afectado y el tejido se retira.
Técnicas de obtención de imágenes: se utilizan diversas técnicas de obtención de imágenes como proceso no invasivo para diagnosticar el linfoma y la extensión de su propagación en otros órganos. Las técnicas utilizadas son radiografía de tórax , tomografía computarizada , tomografía por emisión de positrones e imágenes de resonancia magnética .
El diagnóstico se realiza mediante la combinación de varios métodos en sucesión o simultáneamente para diagnosticar con precisión la presencia de la enfermedad.
Conclusión
El linfoma no Hodgkin se caracteriza por la ausencia de células Reed-Sternberg, que son el tipo especial de células anormales encontradas en el linfoma de Hodgkin. El linfoma en cualquier etapa es curable y es uno de esos cánceres que tienen una alta tasa de supervivencia. Sin embargo, la tasa de supervivencia general es del 70%, incluso en la etapa avanzada, la tasa de supervivencia es superior al 50%. El diagnóstico precoz junto con el tratamiento adecuado determina el pronóstico de la enfermedad.
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Soy un Neuroanestesiólogo y Especialista en el Tratamiento del Dolor. Me otorgaron el Premio Nacional de Medicina 2018. Soy CEO y fundador de la Unidad Internacional del Dolor de Madrid y editor de Journal Pain Management and Therapy. También es asesor y crítico del AIUM (Instituto Estadounidense de Ultrasonidos en Medicina) y miembro del Comité Organizador de las World Pain Conferences.
Tengo más de diez años de experiencia con terapias regenerativas que incluyen células madre mesenquimales, plasma rico en plaquetas, factores de crecimiento, transferencias de grasa y ácido hialurónico. Inicié Dolor-drdelgadocidranes.com para difundir el conocimiento y la conciencia.