¿Los hemangiomas son dolorosos?

En la mayoría de los casos, los hemangiomas no causan dolor, pero es lo contrario en otros pacientes. Un hemangioma puede ser sensible a la presión si aparece en una arruga o en las axilas. Si sufre de irritación en estas áreas, especialmente en el caso de hemangiomas de rápido crecimiento, pueden aparecer otros síntomas asociados, como sangrado, dolor o inflamación de la piel afectada.

Existen varios aspectos controvertidos en el manejo de los hemangiomas. Es una patología de baja incidencia, de evolución variable, poco predecible. Actualmente hay cinco objetivos principales en términos de gestión:

  1. Prevenir o tratar complicaciones con compromiso orgánico o vital.
  2. Prevenir dismorfia permanente.
  3. Minimizar el impacto psicosocial en el paciente y la familia.
  4. Evite los procedimientos agresivos y potencialmente cicatriciales.
  5. Prevenir o tratar la ulceración para minimizar cicatrices, infecciones y dolor.

En general, no hay duda sobre el tratamiento de los llamados “hemangiomas alarmantes” (aquellos que implican una situación potencialmente mortal o la función de los órganos cercanos), que representan aproximadamente del 10 al 20% del total de los hemangiomas. Por otro lado, hay hemangiomas que no representan una amenaza a priori, y en estos casos, surgen preguntas sobre cuál es la actitud más apropiada. Quienes abogan por un manejo agresivo postulan que esto minimiza los riesgos, mientras que quienes abogan por un manejo conservador creen que se logran mejores resultados cosméticos, ya que la mayoría de los hemangiomas son autolimitados. Luego podemos hablar de dos actitudes claramente diferentes, la actitud expectante y la actitud terapéutica médica o quirúrgica.

Actitud expectante

Los detractores de esta actitud mantienen que, después de alcanzar su máxima involución, alrededor del 25% de los hemangiomas presentan una deformidad significativa. Esta actitud podría indicarse en pequeños hemangiomas, ubicados lejos de áreas con posibles daños funcionales y con una tasa de crecimiento lenta.

Actitud terapéutica:

Los tratamientos se dividen en inespecíficos (cirugía, crioterapia), antiangiogénicos (corticosteroides, interferón) y antiproliferativos (quimioterapia, radioterapia).

Los hemangiomas que obstruyen el eje visual, la vía aérea, el conducto auditivo y la región anogenital (con alteración de la función visual, respiratoria, deglución, intestinal o urinaria) deben someterse a tratamiento; aquellos con un crecimiento rápido que producen o pueden producir una destrucción o desfiguración significativa del tejido, así como lesiones cutáneas generalizadas o afectación visceral que pueden provocar insuficiencia cardíaca congestiva, hemorragia grave o trastornos de la coagulación. También debe considerarse el impacto psicológico de la lesión en el paciente y los miembros de la familia. Cualquier actitud terapéutica debe ir precedida de un consentimiento informado. El tratamiento debe ser temprano ya que presentan un rápido crecimiento en las primeras semanas de vida.

Corticosteroides sistémicos

Los corticosteroides son, para muchos autores, el tratamiento de elección en hemangiomas potencialmente problemáticos y constituyen el tratamiento de monoterapia más efectivo en los hemangiomas comunes.

Corticosteroides intralesionales

La administración intralesional de corticosteroides es un tratamiento eficaz que logra evitar los efectos adversos de los corticosteroides sistémicos. Están indicados en hemangiomas cutáneos bien localizados, principalmente en el pabellón auricular, la punta nasal, las mejillas, los párpados y los labios.

Corticosteroides tópicos

El clobetasol tópico se ha utilizado con buena respuesta y ausencia de efectos adversos, pero con resultados inferiores a los encontrados con los corticosteroides intralesionales.
Interferón alfa

En el tratamiento de hemangiomas, IFN alfa 2 y posteriormente beta 2 se han utilizado con éxito, apreciando que detienen el crecimiento y favorecen la disminución de tamaño, incluso con mayor potencia que los corticosteroides.

Citotóxico

Aunque los medicamentos citotóxicos se usan tradicionalmente en enfermedades malignas, a veces se administran en enfermedades biológicamente benignas con complicaciones potencialmente graves, como algunos hemangiomas.

Bleomicina

La bleomicina intralesional se ha utilizado con éxito en una serie de 14 hemangiomas, con fibrosis y resolución espontánea de las lesiones después de 2 o 3 tratamientos con 2 mg de bleomicina separados por 30 días. También es eficaz en hemangiomas dolorosos y hemangiomas ulcerados.

Hemangiomas ulcerados

La ulceración ocurre en el 10% de los hemangiomas y es la complicación más frecuente. Suele ocurrir en lugares expuestos a traumas, y ocurre durante la fase de proliferación, por lo que no debe interpretarse como un signo de involución. Se asocia con dolor significativo, sangrado, súper infección secundaria y cicatriz residual.

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