El linfedema ocurre cuando el sistema linfático no funciona correctamente. Se caracteriza por la hinchazón como resultado del flujo anormal de líquido linfático, que luego se acumula en los tejidos blandos de una extremidad. Esto podría deberse a diversos factores, como afecciones inflamatorias, lesiones a los ganglios linfáticos, infecciones, radioterapia o cáncer, entre otros. El linfedema también podría ser un trastorno congénito, que puede desarrollarse desde el nacimiento o con el paso de los años a medida que uno madura. Ser diagnosticado con linfedema no es el fin del mundo y, aunque es incurable, se puede controlar. En otras palabras, el linfedema no desaparecerá por sí solo, pero con el tiempo y el tratamiento, mejorará.
Hechos importantes sobre el linfedema
Como se mencionó anteriormente, el linfedema ocurre cuando hay una acumulación de líquido linfático en los tejidos de una extremidad. La linfa es un líquido claro que constituye el sistema linfático en el cuerpo humano. Es responsable de transportar las bacterias y otras sustancias dañinas de los tejidos del cuerpo. Si este líquido no fluye normalmente, puede provocar un edema, que es la acumulación de líquido en exceso, en este caso, el líquido linfático. El cuerpo tiene numerosos ganglios linfáticos situados en diferentes partes del cuerpo: axilas, cuello, brazos, piernas e ingle, entre otros. Si estos ganglios linfáticos están dañados de una u otra forma, entonces el riesgo de desarrollar linfedema es alto. El linfedema también se puede desarrollar en áreas donde también se han extraído los ganglios linfáticos. Además, cuanto mayor sea el número de ganglios linfáticos afectados, mayor será el riesgo de desarrollar linfedema.
Tratamiento del linfedema
El linfedema es una afección progresiva que empeora con el tiempo si no se administra el tratamiento. Debido a su naturaleza progresiva, es difícil curar la enfermedad y la calidad de vida de uno solo puede mejorarse mediante la gestión de este trastorno. Esto se puede hacer a través del ejercicio, la compresión, el cuidado adecuado de la piel y el drenaje linfático manual. Hacer ejercicio con regularidad y mantenerse activo ayuda a un paciente que sufre de linfedema al aumentar la flexibilidad y la fuerza muscular. Uno puede participar en ejercicios ligeros y aeróbicos, que ayudan a tonificar los músculos y, en casos de linfedema, pueden ayudar a reducir la inflamación.
Para las personas que viven con linfedema, se recomienda la compresión en las extremidades inflamadas para reducir la inflamación. Esto se puede hacer mediante el uso de prendas de compresión (mangas o medias). Ayuda con el movimiento del líquido linfático, inhibiendo así la acumulación de líquido. Mientras hace ejercicio, también puede usar las prendas de compresión para obtener una ventaja adicional. El cuidado adecuado de la piel generalmente implica mantener su piel limpia, hidratada y evitar las quemaduras solares, entre otros buenos hábitos de cuidado de la piel. Esto ayuda a prevenir infecciones, que podrían empeorar un linfedema.
El drenaje linfático manual (MLD) es una terapia de masaje que estimula el flujo de líquido linfático acumulado de las extremidades afectadas. El líquido se drena de las extremidades inflamadas y puede fluir hacia áreas donde puede ser absorbido. Otras formas en que puede manejar el linfedema incluyen; elevación de las extremidades afectadas, terapia descongestiva compleja: una combinación de LMD, cuidado adecuado de la piel, ejercicio y uso de prendas de compresión. También es importante mantener un peso corporal saludable, ya que cualquier peso corporal adicional puede dificultar el manejo de la afección.
Conclusión
El linfedema es una afección que no se puede ignorar, ya que puede empeorar y ocasionar más complicaciones. Aunque no puede desaparecer por sí solo, el tratamiento es importante para reducir la hinchazón, prevenir infecciones y evitar que el linfedema empeore. Además de eso, el tratamiento también ayuda a aliviar el dolor y mejorar la funcionalidad de las extremidades afectadas. Vivir con linfedema puede parecer difícil, pero aprender a controlar la enfermedad puede resultar útil para mejorar la calidad de vida. Asegúrese de hacer ejercicio regularmente, vigile su peso, observe los hábitos adecuados de cuidado de la piel y, sobre todo, no se desanime. Si maneja este trastorno con los medios adecuados, mejorará con el tiempo.
Soy un Neuroanestesiólogo y Especialista en el Tratamiento del Dolor. Me otorgaron el Premio Nacional de Medicina 2018. Soy CEO y fundador de la Unidad Internacional del Dolor de Madrid y editor de Journal Pain Management and Therapy. También es asesor y crítico del AIUM (Instituto Estadounidense de Ultrasonidos en Medicina) y miembro del Comité Organizador de las World Pain Conferences.
Tengo más de diez años de experiencia con terapias regenerativas que incluyen células madre mesenquimales, plasma rico en plaquetas, factores de crecimiento, transferencias de grasa y ácido hialurónico. Inicié Dolor-drdelgadocidranes.com para difundir el conocimiento y la conciencia.