Trastorno bipolar y falta de empatía

El trastorno bipolar es un trastorno mental que se caracteriza por cambios dramáticos en el estado de ánimo de un individuo. El trastorno bipolar puede causar estragos en las vidas de quienes lo padecen, ya que estas fluctuaciones del estado de ánimo interfieren con la vida diaria de una persona. Las personas que sufren de trastorno bipolar descubren que las fluctuaciones del estado de ánimo afectan su capacidad para completar incluso sus actividades diarias, ya sea en el trabajo, en el hogar o incluso en la escuela. A menudo no pueden mantener relaciones estables. La causa del trastorno bipolar sigue siendo desconocida, aunque se cree que la genética y un desequilibrio en los neurotransmisores en el cerebro son responsables de causar la enfermedad. La investigación a lo largo de los años ha demostrado que las personas con trastorno bipolar pueden experimentar dificultades para experimentar empatía.

Aunque se necesita más investigación sobre este tema, generalmente se observa que las personas con trastorno bipolar El trastorno tiene dificultades para reconocer y responder a emociones particulares. Para comprender esta falta de empatía, empecemos por comprender qué queremos decir exactamente cuando nos referimos a la empatía y hacemos que los altibajos de los estados de ánimo bipolares afecten al factor de empatía en quienes lo padecen.

¿Qué es la Empatía?

En una definición amplia, la empatía es la capacidad de compartir y comprender los sentimientos de otra persona. La empatía se compone de muchos componentes, cada uno de los cuales está asociado con algún punto del cerebro. Hay tres tipos de empatía. El primero es la empatía afectiva, que es la capacidad de compartir las emociones de otras personas. El segundo tipo es la empatía cognitiva, que es la capacidad de comprender las emociones de otras personas. Y el tercer tipo de empatía es la regulación emocional, que es la capacidad de regular las propias emociones. La empatía es importante y se supone que los seres humanos la necesitan para sobrevivir y conectarse el uno con el otro. Se requiere empatía ya que nos ayuda a entender cómo se sienten las demás personas para poder responder de manera apropiada a la situación.

Un estudio realizado en 2008 analizó imágenes de MRI de cerebros de diferentes personas para ver cómo la empatía afectiva afecta la cerebro en comparación con la empatía cognitiva. Se vio que la empatía afectiva activó las regiones del cerebro que procesan las emociones. La empatía cognitiva, por otro lado, activó las regiones del cerebro que están asociadas con el pensamiento, el razonamiento y la toma de decisiones. Por lo tanto, uno puede ver que la empatía es algo que necesitamos para tomar decisiones racionales, teniendo en cuenta los sentimientos de los demás.

Trastorno bipolar y falta de empatía

A lo largo de los años, se han realizado muchos estudios para analizar los efectos del trastorno bipolar en la empatía. Por lo general, estos estudios se han llevado a cabo en un número reducido de participantes, lo que hace que sea difícil llegar a una conclusión definitiva. Algunos de los resultados son contradictorios también. Sin embargo, muchos estudios han proporcionado una gran cantidad de información sobre el trastorno bipolar y cómo afecta la empatía de una persona.

Existe evidencia definitiva de que las personas que sufren de trastorno bipolar tienen dificultades para experimentar empatía afectiva. El trastorno bipolar no parece afectar tanto la empatía cognitiva. A pesar de esto, se requiere más investigación para evaluar el efecto de los síntomas del estado de ánimo sobre la empatía. Veamos algunos de estos estudios relacionados con la empatía y el trastorno bipolar.

Estudio 1

En un estudio publicado en el Journal of Psychiatric Research, se demostró que las personas que tienen trastorno bipolar tienen dificultades para reconocer y responder a las expresiones faciales de otras personas asociadas con ciertas emociones. El estudio demostró además que estas personas tenían dificultades para comprender las emociones que deberían sentir en situaciones específicas. Estos fueron ambos ejemplos de empatía afectiva y no de empatía cognitiva.

Estudio 2

Conocido solo como el estudio de Investigación de la Esquizofrenia, se hizo que un grupo de personas autoinformara sus experiencias con empatía. Los participantes que tenían trastorno bipolar informaron que, en general, experimentaron menos empatía y preocupación. Después del autoinforme, estos participantes fueron evaluados en su empatía al darles algunas tareas relacionadas con la empatía. Durante la prueba, los participantes, sin embargo, mostraron más empatía en comparación con lo que indicaron en su autoinforme. Sin embargo, las personas que sufren de trastorno bipolar sí tuvieron dificultades para reconocer las señales emocionales de otras personas. Este fue nuevamente un ejemplo de empatía afectiva.

Estudio 3

Un estudio que se publicó en el Journal of Neuropsychiatry and Clinical Neurosciences mostró que las personas que sufren de trastorno bipolar experimentan niveles más altos de angustia personal cuando se enfrentan a situaciones interpersonales tensas. Esta es también otra asociación con la empatía afectiva. El estudio determinó además que los pacientes con trastorno bipolar también tienen déficits en la empatía cognitiva. Sin embargo, se requiere más investigación sobre este tema para decirlo definitivamente.

Conclusión

Si bien los estudios muestran que las personas que tienen trastorno bipolar son, en muchos sentidos, menos empáticas que otras personas que no padecen el trastorno bipolar, se requiere más investigación para apoyar esto. Los síntomas del trastorno bipolar definitivamente se pueden controlar y reducir con el tratamiento. Por lo tanto, es igualmente posible que con el tratamiento, esta falta de empatía también se pueda revertir. Buscar ayuda de un buen médico de salud mental puede ayudarlo a encontrar el plan de tratamiento adecuado que mejor se adapte a sus síntomas.

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Soy un Neuroanestesiólogo y Especialista en el Tratamiento del Dolor. Me otorgaron el Premio Nacional de Medicina 2018. Soy CEO y fundador de la Unidad Internacional del Dolor de Madrid y editor de Journal Pain Management and Therapy. También es asesor y crítico del AIUM (Instituto Estadounidense de Ultrasonidos en Medicina) y miembro del Comité Organizador de las World Pain Conferences.

Tengo más de diez años de experiencia con terapias regenerativas que incluyen células madre mesenquimales, plasma rico en plaquetas, factores de crecimiento, transferencias de grasa y ácido hialurónico. Inicié Dolor-drdelgadocidranes.com para difundir el conocimiento y la conciencia.

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