¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Perthes?

La enfermedad de Perthes (también llamada Legg-Calve-Perthes) afecta la cadera del niño y destruye parte de la cabeza femoral. El cuerpo puede regenerar completamente este hueso o hacerlo solo parcialmente y causar una deformidad permanente.

Ocurre en niños de entre 3 y 12 años y aparece con más frecuencia en niños (80%) que en niñas (20%). En la mayoría de los casos, afecta solo a una cadera, pero en el 10% de los pacientes la lesión se presenta en ambos lados, aunque en estos casos generalmente no aparece simultáneamente.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Perthes?

Las pruebas de laboratorio para la enfermedad de Perthes no muestran cambios apreciables, el recuento sanguíneo suele ser normal y solo puede haber un aumento discreto en la velocidad de sedimentación y la proteína C reactiva.

Radiología convencional: las imágenes radiográficas son el método más común para comenzar el estudio de una cadera o pelvis dolorosa, bajo sospecha de la enfermedad de Perthes u otra entidad nosológica, ya que es un método simple de lograr, barato y relativamente fácil de interpretar.

Con la sospecha clínica y radiológica de la enfermedad de Perthes, el estudio debe completarse con exámenes más complejos que debe solicitar un especialista en ortopedia, ya que están fuera del alcance de la atención primaria. Estos permitirán establecer una estrategia terapéutica. Entre estas técnicas se encuentran las siguientes:

Ultrasonido: útil en la evaluación inicial del proceso y para evaluar si hay sinovitis o no.

Gammagrafía con tecnecio-99: permite un diagnóstico precoz de la enfermedad de Perthes antes de que aparezcan los cambios radiológicos. También es capaz de evaluar el grado de revascularización de la cabeza femoral durante el proceso evolutivo.

Resonancia magnética: al igual que la escintigrafía, permite un diagnóstico temprano del proceso, es decir, antes de que la radiografía convencional muestre alteraciones, con la ventaja de que proporciona información importante sobre la forma de la cabeza y el acetábulo y el grado de congruencia entre ellos.

Artrografía: es muy útil para la visualización del contorno de la cabeza femoral y especialmente su relación con el acetábulo. Permite al cirujano ortopédico establecer la estrategia quirúrgica. Su principal indicación está en el diagnóstico y evaluación de la cadera “en una bisagra”.

Tomografía computarizada: no se usa sistemáticamente, aunque puede ser útil en el estudio de la extensión de la afectación ósea y la estructura tridimensional de la cadera.

Con un historial médico bien realizado, un examen físico cuidadoso y radiografías de cadera suelen ser suficientes para establecer un diagnóstico inicial de la enfermedad de Perthes en la atención primaria.

Sin embargo, en la fase inicial de la enfermedad de Perthes, el diagnóstico diferencial debe hacerse con sinovitis de cadera y artritis séptica en la que los síntomas iniciales suelen ser muy similares.

Normalmente, la enfermedad de Perthes no está relacionada con caídas o bultos en la cadera, aunque es común que los padres tengan un problema en sus caderas o que los niños tomen medicamentos corticosteroides para otras enfermedades, sean obesos o hayan tenido un período de rápido crecimiento.

Por alguna razón que los médicos no saben, no hay suficiente sangre que fluye a la cabeza femoral en la enfermedad de Perthes. Cuando esto sucede, algunas partes del hueso mueren (lo que se denomina necrosis) y se vuelven más frágiles y permiten que la cabeza femoral se aplaste.

El cuerpo intentará eliminar el hueso muerto e iniciará un proceso de regeneración en la cabeza femoral. Todo el proceso puede durar varios años, durante los cuales puede haber inflamación y, en consecuencia, dolor o cojera. De acuerdo con la capacidad de regeneración del cuerpo, la cabeza femoral se recuperará o no recuperará completamente su forma esférica.

Por lo general, el niño con la enfermedad de Perthes refiere poco o ningún dolor. Si hay dolor, generalmente se manifiesta al nivel de la ingle, pero a menudo se menciona en el muslo o la rodilla.

Sin embargo, es frecuente que los padres noten ciertas cojeras, especialmente en la tarde o la noche, cuando el niño con la enfermedad de Perthes está cansado.

Finalmente, puede haber una disminución en la movilidad de la cadera con una limitación discreta para realizar algunas actividades. En estos casos, incluso puede aparecer alguna atrofia de los músculos del muslo.

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