¿Por qué no hay cura para la cirrosis hepática?

La combinación de numerosas enfermedades hepáticas provoca cirrosis. Las complicaciones desarrolladas por un individuo poseen la funcionalidad reducida del hígado junto con una estructura anormal. Las enfermedades que allanan el camino hacia la cirrosis causan el cambio en la forma del hígado porque comienzan a matar las células. Debido a la muerte de las células, el hígado, que es el único órgano que posee la capacidad de auto curarse, comienza a reparar y deja cicatrices en los tejidos. A medida que las nuevas células comienzan a multiplicarse para reemplazar las células muertas, comienzan a formar un grupo de células dentro del tejido.

El hígado realiza varias acciones críticas que ayudan a todo el cuerpo a operar a valores óptimos. De las diversas habilidades que posee el hígado, las dos actividades cruciales que desempeña son la producción de químicos necesarios para que el cuerpo rompa las partículas de alimentos y la grasa, y libere enzimas que limpian el cuerpo al eliminar las toxinas y otras células muertas del torrente sanguíneo. Cuando tiene cirrosis, está rompiendo la relación que el órgano tiene con la sangre. Aunque se forman nuevas células, no tienen contacto íntimo con la sangre, lo que dificulta que el hígado descargue toxinas.

¿Por qué no hay cura para la cirrosis hepática?

La investigación continua ayuda a los investigadores a comprender el mecanismo de formación de la cicatriz. Están en proceso para saber si es posible interrumpir o revertir el proceso. Debido a esta razón, no hay cura disponible. Sin embargo, si se detecta en etapas tempranas, es posible que un médico reduzca las cicatrices al usar medicamentos. Las actividades adicionales incluyen cambios en los hábitos alimenticios, el estilo de vida y el trasplante de hígado (si es necesario).

Evaluación y diagnóstico

El mejor procedimiento de diagnóstico para evaluar el estado del hígado es la biopsia de hígado. Sin embargo, los médicos no recomiendan el proceso a todos, ya que conlleva cierto riesgo. Por lo tanto, el procedimiento es viable solo para aquellos en los que es difícil establecer la presencia de cirrosis. El examen físico, los síntomas y la historia juegan un papel crucial en la determinación de la existencia de cirrosis. Las tomografías computarizadas y la resonancia magnética proporcionan información sobre el agrandamiento del hígado y la estructura anormal. La inflación anormal en las enzimas hepáticas en la sangre sugiere inflamación del hígado. La detección de anticuerpos proporciona una pista para el comienzo de la cirrosis biliar o la hepatitis. La extracción y el examen del líquido acumulado en el abdomen también proporcionan una indicación de la presencia de cirrosis.

Los síntomas

Es posible que usted o cualquier otra persona tenga pocos o ningún signo de cirrosis. En varios casos, los síntomas extravían al médico por la presencia de cirrosis, mientras que en otros no hay ninguno. Sin embargo, puede observar los siguientes síntomas para buscar asistencia médica y realizar un diagnóstico del hígado para comprender el estado.

Los hematomas aparecen fácilmente debido a la disminución de la producción de proteínas que evitan la coagulación de la sangre

Las causas de la cirrosis

El alcohol juega un papel vital en la destrucción de la salud del hígado. La cicatrización del hígado depende de la cantidad que una persona consume. Según las estadísticas, la digestión del alcohol es diferente para hombres y mujeres. La cantidad prescrita es dos vasos por día para hombres y un vaso por día para mujeres. Cualquier cantidad en exceso dificultará que el hígado produzca las enzimas que ayudan en el procesamiento del alcohol. Otras causas incluyen consumir alimentos procesados, una ingesta excesiva de sal, bebidas energéticas, carnes rojas y alimentos fritos.

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