Hígado

¿Pueden los análisis de sangre detectar la cirrosis del hígado?

La cirrosis es la enfermedad crónica progresiva del hígado que crea cicatrices o tejidos fibrosos que reemplazan el tejido hepático saludable. Esta cicatrización induce daños al hígado que le impide realizar funciones vitales como la digestión y la eliminación de toxinas del cuerpo. La cirrosis no representa síntomas en etapas tempranas; se detecta accidentalmente mediante un análisis de sangre en un chequeo de rutina. Los síntomas que se desarrollan en etapas posteriores pueden ser ictericia cansancio, náuseas vómitos y otros. Se puede detectar fácilmente mediante análisis de sangre, MRI CT scan y ultrasonografía. El diagnóstico precoz y el tratamiento de la enfermedad pueden revertir a algunos de los tejidos cicatriciales del hígado.

¿Pueden los análisis de sangre detectar la cirrosis del hígado?

La cirrosis es una enfermedad de desarrollo lento que conduce a la formación de las cicatrices o tejidos fibrosos debido a una lesión prolongada en el hígado. Sus síntomas que aparecen en etapas posteriores pueden ser los siguientes:

Su médico hará el examen físico para observar un agrandamiento del hígado y una decoloración amarillenta de la piel y los ojos. Estos síntomas pueden guiar a su médico para diagnosticar la cirrosis del hígado.

En ausencia de síntomas, la cirrosis se detecta accidentalmente mediante un análisis de sangre en el control de rutina. Si su médico sospecha de sus síntomas relacionados con la cirrosis o tiene riesgo de cirrosis, entonces le aconsejarán algunas pruebas para confirmar el diagnóstico.

La primera elección del médico serán los análisis de sangre con muestras de su sangre. Los análisis de sangre realmente detectan la cirrosis del hígado. Los análisis de sangre son útiles para determinar la magnitud del daño que se ha producido en el hígado y la causa de la enfermedad. Básicamente, los análisis de sangre ayudan a verificar si el hígado está funcionando normalmente o no.

El análisis de sangre involucra la prueba de función hepática con las muestras de sangre para analizar enzimas y proteínas particulares que revelan cualquier daño al hígado. Estas pruebas implican

niveles de alanina transaminasa (ALT) y aspartato transaminasa (AST) –

El papel principal de estas enzimas es descomponer las proteínas y los aminoácidos producidos en el cuerpo. En condiciones saludables, los niveles de ambas enzimas permanecen bajos en la sangre. El hígado se ve afectado por el daño causado por la cirrosis o por cualquier otra enfermedad, y luego aumentan los niveles de ALT y AST. Los altos niveles de ALT y AST son la indicación del daño que ocurre en el hígado.

Nivel de bilirrubina-

En un estado saludable, la función hepática elimina la bilirrubina formada por las células sanguíneas rotas y hace que se excrete a través de las heces. Cuando la cirrosis se desarrolla en el hígado, la excreción de bilirrubina se ve afectada y la bilirrubina se acumula en la sangre y causa ictericia. La prueba de bilirrubina en sangre confirma los altos niveles de bilirrubina en la sangre.

Prueba de albúmina-

La albúmina se produce en el hígado. La cirrosis obstaculiza la formación de albúmina que conduce a la disminución de los niveles de albúmina en la sangre.

Prueba de creatinina-

La creatinina se forma como un producto de desecho de los músculos que el riñón filtra de la sangre. La cirrosis puede causar daño al riñón en las últimas etapas con el aumento de los niveles de creatinina.

Tiempo de protrombina-

El hígado produce heparina que ayuda en la coagulación de la sangre. El tiempo de protrombina es la prueba que se realiza para verificar el tiempo que tarda la sangre en coagularse. La cirrosis puede retrasar el tiempo de coagulación debido a la formación insuficiente de heparina.

Conclusión

La cirrosis es una enfermedad lenta y progresiva del hígado que causa la formación de cicatrices o tejido fibroso en el tejido hepático reemplazando a los tejidos hepáticos normales. Se realiza una prueba de función hepática a partir de las muestras de sangre para detectar el daño que causa la cirrosis en el hígado. Otras pruebas recomendadas para la cirrosis son radiografía, USG, tomografía computarizada y resonancia magnética del abdomen.

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