¿Cómo prevenir el tumor de la vaina nerviosa?

Un tumor de la vaina nerviosa es un tipo de sarcoma de tejido blando que se encuentra en los nervios y transmite señales al cerebro, la médula espinal y el resto del cuerpo. Un tumor de la vaina del nervio se originará a partir del nervio afectado, pero puede atribuirse a trastornos como la neurofibromatosis. Los nervios periféricos, es decir, los nervios motores, sensoriales y autónomos son parte del sistema nervioso periférico que proporciona funciones corporales. Los tumores de la vaina nerviosa pueden ser malignos o benignos, siendo este último más predominante que el anterior. En los casos de tumores benignos de la vaina nerviosa, ya que no representan un riesgo inmediato para la salud, es mejor dejarlos solos. Sin embargo, dependiendo de su naturaleza, podría ser un grave error el no tenerlos retirados lo antes posible.

¿Cómo prevenir el tumor de la vaina nerviosa?

No hay formas médicas aprobadas para prevenir los tumores de la vaina nerviosa, pero se puede ofrecer prevención en el aspecto de la progresión de los tumores y su recaída después del tratamiento. Por lo general, se tratan con quimioterapia o radioterapia para controlar el crecimiento del tumor y cirugía para erradicar completamente el tumor. También se puede administrar una combinación de estas opciones de tratamiento para obtener mayores beneficios y una mayor probabilidad de éxito en el tratamiento del cáncer. Para ofrecer alivio temporal a un paciente de los síntomas de la afección, se puede usar la embolización y reducir la pérdida de sangre durante la cirugía. Después del tratamiento, el cuidado postoperatorio es necesario para monitorear constantemente al paciente sobre su progreso de curación y la ausencia de tumores.

Como se mencionó anteriormente, los tumores benignos de la vaina nerviosa son más comunes que los malignos. Por lo tanto, en la mayoría de los casos, los tumores crecen a un ritmo lento y se ofrece una intervención médica una vez que los crecimientos comienzan a causar complicaciones. Por lo general, causan malestar y hormigueo o entumecimiento, dolor intenso y debilidad. Los tumores de la vaina nerviosa también afectan las actividades normales del cuerpo dependiendo de qué nervio sea la raíz del problema. Un paciente en recuperación de un tumor de la vaina nerviosa necesita someterse a revisiones médicas frecuentes. Durante estos controles, el médico examinará su cuerpo para detectar cualquier signo de crecimiento, ya que este tipo de tumores tienen un alto potencial de metástasis y una alta probabilidad de recaída.

Decidiendo tener un tumor de la vaina nerviosa extirpado

En casos de tumores de la vaina nerviosa periférica maligna agresiva, es mejor si el tumor se extirpa sin demora. Esto se debe simplemente a que una forma maligna de tumores de la vaina nerviosa se desarrolla a una velocidad rápida y también hace metástasis rápidamente. Por otro lado, los tumores benignos de la vaina nerviosa son de bajo grado y pueden llevar mucho tiempo antes de causar complicaciones graves. Algunos médicos recomiendan que el tumor se deje solo, mientras que otros insistirán en que se lo extraigan lo antes posible. Tanto como un tumor benigno de la vaina nerviosa no causará ninguna complicación importante al principio, debe tener en cuenta que existen riesgos asociados con dejarlo intacto. Estos riesgos incluyen; el crecimiento continuo en tumores más grandes, la posibilidad de convertirse en maligno, causar síntomas neurológicos y disminuir la calidad de vida.

Conclusión

Los tumores de la vaina nerviosa no pueden evitarse en primer lugar, especialmente si se desarrollan esporádicamente. Una vez que tenga un tumor de este tipo, la única forma de prevenir su progresión a niveles peligrosos es retirarlo de inmediato. Si el tumor ha sido extirpado quirúrgicamente, se puede prevenir una recurrencia del tumor al controlar constantemente al paciente para detectar cualquier síntoma de recaída. Por lo tanto, es importante que un paciente que se está recuperando de un tumor de la vaina nerviosa visite al médico regularmente para chequeos médicos frecuentes. En un caso donde el diagnóstico del tumor no es concluyente, es crucial que el tratamiento se ofrezca con urgencia en lugar de dejarlo atrás.

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