La esclerodermia es un trastorno crónico autoinmune que afecta a diferentes pacientes de diferentes maneras. La enfermedad está asociada con el sistema inmunológico, y no es ni contagiosa ni cancerosa. Este problema de salud se manifiesta de varias maneras, especialmente por engrosamiento y endurecimiento de la piel. La intensidad de la esclerodermia puede variar de leve a mortal y depende en gran medida de qué órganos han sido afectados. El diagnóstico de esta afección suele ser problemático ya que los síntomas se relacionan con otros trastornos autoinmunes. Un dermatólogo y un reumatólogo son los profesionales médicos mejor calificados, que pueden diagnosticar adecuadamente la enfermedad y ofrecer el mejor tratamiento.
Entonces, ¿cuál es la relación entre la esclerodermia y el cerebro? La esclerodermia localizada no se asocia comúnmente con el cerebro; sin embargo, la forma lineal puede afectar al órgano de una manera u otra. La esclerodermia lineal se ha relacionado particularmente con lesiones cerebrales progresivas, epilepsia, migrañas y síntomas neurológicos, por nombrar solo algunos. Para la esclerodermia difusa sistémica, ha habido una gran participación del cerebro donde causa problemas cerebrales. Estos problemas incluyen deterioro cognitivo y mala circulación en el cerebro. El tipo de impacto que el cerebro experimenta con la esclerodermia se debe a la ansiedad y la depresión derivadas de la afección y los medicamentos utilizados en su tratamiento. Los estudios también muestran que la esclerodermia puede causar enfermedad de la materia cerebral, que afecta a los nervios que conectan diferentes áreas del cerebro ymédula espinal .
Se desconoce el desencadenante exacto de la esclerodermia, pero lo que sabemos es que el sistema inmunológico activa las células del cuerpo para producir colágeno. El colágeno es una proteína que se libera cada vez que su piel ha sufrido una lesión. Las células producen demasiado colágeno, que luego se deposita en la piel y otros órganos, dando como resultado un engrosamiento y endurecimiento. Hay dos tipos de esclerodermia, a saber, esclerodermia localizada y sistémica. La esclerodermia localizada es una versión más leve de la esclerodermia sistémica.
La esclerodermia localizada solo afecta la piel humana en diferentes áreas, como el cuero cabelludo, las piernas, el pecho, la cara y las manos. Se caracteriza por manchas rojas en la piel que progresan hacia las blancas con bordes púrpuras. Este tipo de esclerodermia se ha clasificado en morfea y esclerodermia lineal. Es más común entre los niños pequeños. La esclerodermia sistémica afecta a los órganos internos de los humanos, como los riñones, el estómago, el cerebro, los pulmones y el corazón. Los tipos de esclerodermia sistémica son esclerodermas difusas y limitadas. La esclerodermia limitada también se conoce como síndrome CREST que involucra calcinosis, fenómenos de Raynaud , disfunción esofágica, esclerodactilia y telangiectasia. La esclerodermia difusa es la forma asociada con la implicación de otros órganos del cuerpo aparte de la piel.
Tratamiento de la esclerodermia
Diferentes pacientes que sufren de esclerodermia necesitarán diferentes tratamientos. Si bien no existe cura para la esclerodermia, existen muchos tratamientos que pueden mejorar la afección. En los casos en que otros órganos se vean afectados, tendría que visitar a un especialista para el tratamiento del problema subyacente. Además, se puede administrar cualquier medicamento que pueda disminuir la actividad del sistema inmunitario, para inhibir la formación excesiva de colágeno, que causa escleroderma. En los casos leves de esclerodermia, el tratamiento no es necesario, ya que las enfermedades desaparecen por sí solas. Sin embargo, es mejor prevenir que curar y buscar atención médica para evitar que la enfermedad avance más hacia una situación que pone en peligro la vida.
Conclusión
La esclerodermia puede tener una grave implicación en la salud general de un paciente. Por lo tanto, es importante que cuando se le diagnostica esclerodermia, también esté al tanto del tipo que está sufriendo. Si bien la esclerodermia localizada es menos grave que la esclerodermia sistémica, todavía hay necesidad de recibir tratamiento y controlarlo. El cerebro desempeña un papel enorme en la anatomía humana, por lo que cualquier amenaza que se plantee al órgano puede afectar a todo el cuerpo humano y sus órganos. Algunos de los principales problemas cerebrales que se han asociado con la esclerodermia sistémica incluyen la pérdida de memoria y la confusión cerebral. Aparte de eso, es poco probable que pueda causar daño cerebral permanente. Por lo tanto, siempre que visite a su médico, asegúrese de conocer los riesgos asociados con la esclerodermia y cómo combatirla.
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