La enfermedad del hígado graso no alcohólico es un término usado para una variedad de trastornos del hígado en los que se ven afectados los individuos que rara vez consumen bebidas alcohólicas. La enfermedad del hígado graso no alcohólico se refiere a la acumulación de exceso de grasa en el hígado.
La esteatosis hepática no alcohólica, un patrón muy grave de la enfermedad, se refiere a la inflamación del hígado que puede progresar hacia un daño irreversible. Este daño al hígado es muy similar al observado en individuos que abusan de las bebidas alcohólicas. En su forma más grave, la esteatosis hepática no alcohólica podría progresar a cirrosis e insuficiencia hepática .
La enfermedad hepática del hígado graso no alcohólico es cada vez más frecuente en todo el mundo, especialmente en los países occidentales. En los Estados Unidos, es la forma más común de enfermedad hepática crónica que afecta a aproximadamente 80 a 100 millones de personas.
La enfermedad hepática del hígado graso no alcohólico se presenta en todos los grupos de edad, especialmente en personas de entre 40 y 60 años que tienen un alto riesgo de enfermedad cardíaca debido a factores de riesgo como la obesidad y la diabetes tipo II . También está estrechamente relacionado con el síndrome metabólico, que es un conjunto de anomalías que incluyen una capacidad deficiente para consumir insulina, hipertensión, aumento de la grasa abdominal y niveles elevados de triglicéridos.
Los profesionales de la salud no saben con precisión por qué algunos pacientes acumulan grasa en el hígado y otros no. También hay poco conocimiento entre los investigadores acerca de por qué hay una inflamación en el hígado que finalmente progresa a cirrosis hepática. El hígado graso no alcohólico y la esteatosis hepática no alcohólica están conectados a los siguientes factores de riesgo: Sobrepeso u obesidad, resistencia a la insulina: cuando las células no procesan azúcar en respuesta a la hormona insulina, un nivel alto de glucosa en la sangre (hiperglucemia) que indica prediabetes o tipo 2 Diabetes y altos niveles de grasas en la sangre, particularmente los triglicéridos.
Estos problemas de salud combinados parecen estimular el depósito de grasa en el hígado. Para algunas personas, este exceso de grasa actúa como sustancias tóxicas en las células hepáticas, que producen inflamación del hígado y esteatosis hepática no alcohólica que causa la acumulación de tejido cicatricial (fibrosis) en el hígado.
Factores de riesgo:
Una gran variedad de patologías y afecciones pueden aumentar su riesgo de enfermedad del hígado graso no alcohólico; éstos incluyen:
- Altos niveles de colesterol.
- Altos niveles de triglicéridos en la sangre.
- Síndrome metabólico
- Obesidad, especialmente cuando las grasas se concentran en el abdomen.
- Sindrome de Ovario poliquistico
- Apnea del sueño
- Diabetes tipo 2
- Tiroides hipoactiva (hipotiroidismo)
- Glándula hipoactiva hipoactiva (hipopituitarismo)
Es más probable que la esteatosis hepática no alcohólica se desarrolle en estos grupos: personas mayores, personas con diabetes y personas con grasa corporal concentrada en el abdomen.
Es difícil distinguir la enfermedad hepática de la enfermedad del hígado graso no alcohólico sin pruebas adicionales.
La cirrosis hepática es la principal complicación que surge de la enfermedad del hígado graso no alcohólico. Esta es una condición en la cual hay una cicatrización extensa del hígado. La cirrosis se produce como resultado de un daño hepático importante como la inflamación debida a la esteatosis hepática no alcohólica o el abuso de alcohol. A medida que el hígado trata de combatir la inflamación, se producen cicatrices que se denominan cirrosis. Con la expansión de la inflamación, la cicatrización aumenta y abarca más tejido del hígado.
La cirrosis es la etapa última e irreversible de deterioro del hígado, representada por la destrucción del parénquima (es el componente funcional del hígado) y la formación de nódulos de regeneración fibrótica.
Si el proceso no se detiene, la cirrosis puede producir una acumulación de líquido en el abdomen (ascitis), hinchazón de las venas en el esófago (várices esofágicas) que pueden romperse y sangrar, desorientación, somnolencia y tartamudeo (encefalopatía hepática), cáncer de hígado, insuficiencia hepática en etapa terminal, lo que significa que el hígado ha dejado de funcionar.
Alrededor del 20 por ciento de las personas con enfermedad del hígado graso no alcohólico desarrollan cirrosis.
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